Para todos aquellos que tenéis la suerte y el honor de recibir la postal familiar hecha a mano con la foto de los niños dentro creo que no insisto lo suficiente en la cantidad de trabajo y de tiempo que requiere que llegue a vuestras manos.
Lo de la foto para la postal de navidad se ha convertido en una tradición anual que me gusta mantener a pesar de los esfuerzos.
«La cosa» ha ido progresando desde que se la hacían a Alvaro solito en la guardería a estas sesiones multitudinarias y eternas en las que intentamos pasarnoslo bien pero que a medida que se van añadiendo miembros de la familia hace que sea más y más dificil recuperar alguna.
La verdad es que los niños van concienciados y colaboran bastante pero yo no soy una profesional (hago lo que puedo) y algunos de mis niños son muy pequeños…otros tienen una extraña mania de cerrar los ojos porque CREEN que les da el sol y todo junto me dificulta las cosas.
David, además tiene la estupendísima habilidad de cambiar de cara (y siempre caras raras) en una decima de segundo que hace que, aunque haga ráfagas de fotos ninguna quede igual y generalmente ninguna bien. (Como la de aquí arriba)
Después resulta muy divertido ver esas fotos al ordenador cuando tratamos de elegir alguna, pero os aseguro que en el momento no me hace ninguna gracia.
Todo este rollo para contaros que «habemus foto» de navidad, que ha costado lo suyo y que espero que os guste. Es esta:






