Va pasando el tiempo y nuestro pequeño benjamín va creciendo y creciendo y creciendo, casi sin que nos demos cuenta.
Ya estrena dientes nuevos que luce con orgullo en todas las sonrisas que nos regala (que son muchas).
Es un niño alegre y dicharachero con un genio tremendo y una indendencia y autosuficiencia que nos sorprende al mismo tiempo que nos asusta.
Ya da sus primeros pasitos y seguro que cuando lo domine se comera el mundo (literal) pues una de las cosas que más le gusta del mundo es comer, comer y comer.
Sigue así, chiquitín y llegarás muy lejos.
(David haciendo de las suyas)







