Una de las excursiones que teníamos pendiente de hacer desde hace tiempo es visitar el safari de Toulouse. Nos pasaba como con el de Sa Coma de Mallorca, queríamos ir, pero lo íbamos posponiendo y al final no fuimos.
Esta vez aprovechamos la visita de Alejandra para ir con ella y ver otro trocito de Toulouse que no conocíamos.
La verdad es que tiene su gracia eso de ir circulando con el coche por en medio de todos esos animales que te miran con condescendéncia.
Hay que ir esquivando a las avestruces que se acercan a todos los coches que ven y paran el tráfico asomándose a tu ventana.
También había dentro (esta vez ya sin coche) un minizoo con monos, peces, reptiles y un montón de tipos de cabras.
La verdad es que fue un día divertido, comimos allí y para reponer fuerzas nos tomámos un helado.





