Junio ha transcurrido tranquilo y sin demasiadas novedades.
Ha sido el mes que hemos empezado a sacarle partido al jardín, sobretodo los peques que han descubierto que eso de hacer el burro en la naturaleza está genial.
Hemos comprado una piscinita para que los niños puedan refrescarse durante el verano y se ha convertido en casi un ritual pegarse un bañito después de la siesta.
Nuestros peques se hacen mayores. A Álvaro y Andrea ya resulta difícil sacarles alguna foto porque siempre están a sus cosas y ya no quieren pasar tanto tiempo con nosotros.
David ya ha aprendido a andar y ha decidido que no va a gatear nunca más, que eso es un atraso y Marcos ha tenido la terrible experiencia de tener que dejar el pañal.

Hemos tenido tiempo de descubrir un poco más Montauban. Hasta ahora solo lo conocíamos en invierno y verla florecer e iluminarse ha sido precioso.
Seguimos descubriendo las playas. Volvemos a las que ya conocemos e intentamos descubrir otras nuevas. Lo de los baños en los lagos y en los ríos hace que no echemos tanto de menos el Mediterraneo (aunque no es comparable)
Y disfrutamos de los festivales de fin de curso, de las fiestas de vacaciones y ver los progresos que han hecho Álvaro y Andrea en todos los sentidos…¡Seguid así!










