Acabamos de aterrizar en tierras galas otra vez después de pasar un mes en nuestra adorada isla.
Cuando mejor se está en Mallorca es en verano, por supuesto. Pero nunca habíamos sido turistas en nuestra propia tierra.
Después de una mini parada en barcelona para reponernos de los kilometros de carretera que nuestros niños siempre aguantan estoicamente como machotes, nos metimos en un barco rumbo a Mallorca.
La suerte no nos acompañó y un David febroso nos hizo pasar una muy mala noche en un barco sin nada que hacer (y menos para un bebé a las tres de la mañana).
Llegamos al amanecer y nos recibió Palma enseñando sus mejores galas.
Nos esperaba por delante un mes entero para cansarnos de playa, de sol, de amigos, de cenas, comidas, charlas, «pa amb olis», croquetas de pollo y todas esas cosas que no podemos hacer el resto del año en cualquier otro sitio.
Conseguimos nuestro objetivo y hasta volvimos «morenitos».
Y hasta nos dio tiempo de ir al cine a ver alguna película EN ESPAÑOL y Spiderman se ganó un nuevo e incondicional fan.
Ahora intentamos no pensar que no volveremos a repetirlo hasta el año que viene y pensar solo en lo bien que lo hemos pasado y en todas las cosas que hemos hecho.
Volvemos con las pilas cargadas para un nuevo curso, para un nuevo invierno.
Hasta la próxima, chicos. Os echamos de menos!!!.
