Cuando nos enteramos de que en septiembre era la «fiesta grande» de Montauban no nos esperábamos que fuera TAN grande.
Y es que a medida que nos acercábamos empezamos a oir bullicio, ruido, atracciones, tómbolas,…
Muy al estilo de la feria del Ram pero a lo grande y lo más sorprendente,…en pleno centro de la ciudad.
Lo de que esté en el medio de la ciudad es algo que choca. Y es que de repente ves como el barco vikingo casi toca el balcón de aquel edificio o que cuando te subes a la montaña rusa puedes ver las terrazas de las casas.
Además de atracciones también pudimos disfrutar de espectáculos, conciertos y un desfile de carrozas desde la que tiraban caramelos (David no entendía nada).
Marcos tampoco entendía demasiado, pero daba igual con tal de poder comerse una de esas manzanas de caramelo…mmmmmm!!!






