Y así, sin darnos cuenta ha acabado octubre. Ha sido un mes tranquilo en el que hemos tenido tiempo de hacer muchas cosas:
Remolonear en la cama de papá y mamá antes de ir al cole….
…estrenar las botas de lluvia en esos paseos por el campo en los que descubrimos las bellotas ( y en los que hubo que convencer a David repetidas veces de que no se las comiera),…
…descubrir algunos pueblecitos más aprovechando que era la temporada de ferias y que alternamos entre la feria de la castaña, la feria de la calabaza y la exposición de setas,…
…y sobretodo jugar , jugar y jugar, en casa, además, que ha empezado a hacer frío y «se está mejor en casa que en ningún sitio».







