La ventaja de NO vivir en una isla es que con el coche en un ratito te plantas en cualquier sitio y se abren ante tus ojos un mundo de posibilidades de ocio y de lugares que visitar.
No queríamos perder la oportunidad de llevar a los niños a París. Juan y yo ya hemos estado varias veces (una de ellas con Marcos) pero los mayores no lo conocían y es una ciudad que hay que visitar por lo menos una vez.
Así que aprovechando una de las tantas vacaciones escolares que tienen por aquí cogimos el coche y en un ratito (siete horas) ya estábamos en «la ciudad de las luces».
Nuestra primera parada fue Eurodisney, más que nada porque suponíamos que no aguantarían visitando la torre Eiffel si sabían que el mayor parque de atracciones de europa se veía desde el hotel, jejeje.
A pesar de que nos llovió los dos días que estuvimos en el parque eso nos facilitó las cosas a la hora de hacer colas y poder circular.
Pensábamos que con los peques sería un poco díficil que Juan y yo pudieramos disfrutar algo de las atracciones, pero la verdad es que tienen pensado un sistema para las familias que van con bebés al que sacamos bastante partido.
Todos encontraron su atracción preferida y pudimos subirnos a casitodas. Incluso los peques se subieron a muchas y pudimos disfrutar el parque.
Lo mejor: El espectáculo de luces de la hora del cierre como especial 20 aniversario y del que no tengo ni una sola foto, pues me quedé con la boca abierta desde que empezó hasta que terminó.
(Mañana os cuento que tal por París).


